Postura corporal: ¿Qué es y por qué es importante?

¿Cuántas veces no hemos escuchado sobre la importancia de mantener una buena postura corporal? Seguramente hasta varias veces al día en el trabajo, anuncios de sillas, almohadas, colchones y más. Y es que aunque parezca un tema gastado, lo cierto es que es innegable su importancia para nuestra salud y calidad de vida.

También es bastante común que muchas personas den por hecho que ya conocen las bases de una buena postura, sin embargo, está demostrado que la gran mayoría de las personas no conservan una correcta postura corporal al caminar, sentarse o dormir, lo que a mediano y largo plazo puede traer consecuencias negativas para nuestro cuerpo y salud.

Es por ello que en esta ocasión en Miprotesisdepierna.mx hablaremos sobre qué es la postura corporal, su importancia y cómo conservarla correctamente para el beneficio de nuestra salud y calidad de vida.

¿Qué es la postura corporal?

Como tal, se le conoce como “postura corporal” a la posición en la que se mantiene el cuerpo humano, ya sea correcta o incorrecta para cualquier actividad.

Existen diferentes clasificaciones de la postura corporal, como cuando estamos en movimiento (conocida como postura dinámica), que es la forma en la que se sostiene el cuerpo al moverse (huesos, músculos, articulaciones, etc.), En cada movimiento o actividad tenemos una postura distinta y existen formas correctas e incorrectas de hacerlo, ya sea para caminar, correr, sentarse, agacharse, saltar, etc.

Asimismo también existe la postura corporal sin movimiento (postura estática), esta es la manera en la que el cuerpo se posiciona al estar de pie, sentado, reclinado o acostado.

Se puede resumir el concepto de la postura corporal como la forma en la que se posicionan las estructuras que conforman el sistema músculo esquelético (huesos, músculos, tendones, articulaciones, etc.) para lograr un balance en determinado tiempo, que permite realizar ciertas actividades y que conserva la salud y bienestar de todos los sistemas del cuerpo humano, evitando padecimientos, lesiones, desgaste o dolor.

¿Qué influye en la postura corporal?

La postura corporal se refiere a la posición correcta de nuestro cuerpo y los órganos y estructuras que lo componen para realizar cualquier tipo de movimiento o tarea, ya sea activa o inactiva.

Los movimientos, inclinación, presión y estrés aplicado a un área por la posición en que nos encontramos pueden influir entre una buena o mala salud, por lo que es importante conocer cuáles son las formas recomendadas por los expertos para evitar situaciones que nos afecten.

En esto principalmente entra en juego el sistema músculo esquelético (huesos, músculos, tendones, articulaciones, etc.), que es el encargado de sostener nuestro cuerpo y que debe procurarse mantener en buena condición para evitar problemas a mediano y largo plazo.

Una incorrecta postura puede generar desgastes y lesiones en los músculos, huesos, tendones y más, lo que termina por generar dolores, reduciendo capacidades y a largo plazo, afectando a otro tipo de órganos o sistemas, como el flujo sanguíneo o el sistema nervioso.

¿Por qué es importante mantener una buena postura corporal?

Mantener una postura corporal correcta tiene numerosos beneficios: además de sentirnos mucho mejor, nuestro cuerpo estará mucho mejor y estaremos cuidando tanto nuestros músculos, articulaciones, circulación sanguínea e, incluso, mente, ya que no estarán sometidos a tensiones y esfuerzos innecesarios.

Dado que el cuerpo humano puede adoptar infinidad de posturas, es posible hablar de ciertas posturas corporales deseadas o beneficiosas. Se considera que una buena postura corporal es aquella en que el cuerpo se mantiene erguido y con la espalda recta, lo que permite tener una oxigenación adecuada y evitar los problemas de columna y de los músculos.

El cuerpo excesivamente inclinado hacia delante, en cambio, dificulta la respiración, comprime los órganos de la digestión y puede generar problemas como escoliosis o lumbago.

Mantener la espalda erguida también es importante para tener una buena postura corporal cuando la persona se encuentra sentada (por ejemplo, frente al monitor de la computadora).

¿Cuál es la postura corporal correcta?

Como tal no hay una sóla postura corporal correcta, pues esta depende de la actividad que estemos realizando, por lo que existen posturas recomendadas para caminar, sentarse, acostarse o para muchas otras actividades.

Se considera que una buena postura corporal es aquella en que el cuerpo se mantiene erguido y con la espalda recta, lo que permite tener una oxigenación adecuada y evitar los problemas de columna y de los músculos.

El cuerpo excesivamente inclinado hacia delante, en cambio, dificulta la respiración, comprime los órganos de la digestión y puede generar problemas como escoliosis o lumbago.

Mantener la espalda erguida también es importante para tener una buena postura corporal cuando la persona se encuentra sentada (por ejemplo, frente al monitor de la computadora).

¿Cómo afecta a la salud una postura corporal incorrecta?

Tener una mala postura al caminar, sentarse, acostarse o realizar cualquier otra actividad puede tener grandes repercusiones negativas a corto, mediano y largo plazo, las cuales pueden generar dolores, padecimientos y afectar en general a todo el funcionamiento de nuestro cuerpo.

Entre los principales problemas derivados de una mala postura se encuentran:

  • Desalinear su sistema musculoesquelético
  • Desgastar su columna vertebral, haciéndola más frágil y con tendencia a lesiones
  • Causar dolor en el cuello, hombros y espalda
  • Disminuir su flexibilidad
  • Afectar la forma correcta de cómo se mueven sus articulaciones
  • Afectar su equilibrio y aumentar su riesgo de caerse
  • Hacer más difícil digerir la comida
  • Dificultar la respiración

¿Cómo mejorar la postura corporal?

La postura correcta dependerá, como lo mencionamos, de nuestra actividad: Si estamos de pie, acostados, sentados, caminando, corriendo, etc.

Una postura corporal correcta es aquella que usa la mínima contracción muscular y la menor tensión en los ligamentos en todo momento. El secreto de una buena postura corporal está en la posición de la columna vertebral.

La columna vertebral está dotada de tres curvas naturales, que se encuentran en el cuello, en la parte media de la espalda y en la parte baja de la misma. Para procurar una buena postura, deberíamos mantener la forma natural de estas curvas, pero no aumentarlas. Para ello, la cabeza debe mantenerse erguida sobre los hombros, y éstos deben estar alineados con las caderas. Si no es así, debes corregir la postura de tu espalda ya que, si no, podría causarte tensión, molestias o dolor.

Para mejorar de manera general la postura corporal puedes seguir los siguientes consejos:

  • Siempre hay que estar conscientes de la postura que tenemos durante actividades diarias, como en el trabajo, al mirar televisión, caminar, realizar labores del hogar y al practicar deporte.
  • Manténgase activo. Cualquier tipo de ejercicio puede ayudar a mejorar su postura, pero ciertos tipos de ejercicios pueden ser especialmente útiles. Por ejemplo, yoga, pilates, danza y otros tipos que se centran en la conciencia del cuerpo.
  • Control de peso. El sobrepeso puede atrofiar los músculos abdominales, causar problemas de la pelvis y la columna vertebral y contribuir al dolor lumbar (espalda baja). Todo esto puede dañar tu postura.
  • Calzado adecuado. Es importante usar un calzado cómodo y a nuestra medida, evitando lo más posible usar aquellos que causen molestias o posiciones forzadas, como los tacones altos pueden afectar su equilibrio y obligarlo a caminar de manera diferente. Esto puede aumentar la presión sobre sus músculos y dañar su postura.
  • Superficies de trabajo: Debes verificar que las superficies de trabajo estén a una altura cómoda para usted, ya sea al estar sentado frente a una computadora, preparando la cena o comiendo.

Huesos del pie: Todo sobre la anatomía ósea

Los pies son una de las extremidades más importantes y básicas de nuestro cuerpo, pues son como tal nuestro punto de apoyo y herramientas que nos permiten desplazarnos en el medio en el que habitamos. Por ello, conocer todo sobre su anatomía, funcionamiento y cuidados resulta indispensable para todos.

Dentro de la anatomía del pie, de la cual ya hemos hablado previamente en otro artículo que puedes encontrar aquí, existe un área de especial importancia: los huesos del pie.

Nuestros pies, como las manos, tienen estructuras óseas altamente complejas por la cantidad de piezas que los componen, cada una con una función específica que hace que toda la maquinaria motora pueda moverse de forma armónica, de tal forma que seamos capaces de ponernos de pie, caminar, correr o de realizar prácticamente cualquier movimiento o actividad.

Es por ello que en esta ocasión nos adentraremos un poco más en el tema de los huesos de pie, de tal forma que podamos conocer y comprender cómo estos órganos tan complejos nos permiten realizar un sin fin de tareas para nuestro desarrollo y vida diaria.

¿Qué son los huesos del pie y para qué funcionan?

Los huesos del pie, como tal, son el esqueleto y parte rígida que sostienen toda la estructura de la extremidad, los cuales están sujetos al resto del cuerpo por medio de los huesos de la pierna y que nos brindan la firmeza, estabilidad, resistencia y equilibrio para poder ponernos de pie y caminar.

Estos, como todos los huesos del cuerpo humano, están compuestos por un armazón proteico de colágeno, junto con un mineral llamado fosfato cálcico, que da la resistencia y dureza al armazón.

Los huesos también almacenan calcio, un mineral que pueden liberar en el torrente sanguíneo cuando esta sustancia es necesaria en otras partes del cuerpo. Las cantidades de algunas vitaminas y minerales que ingerimos, sobre todo la vitamina D y el calcio, afectan directamente a la cantidad de calcio que almacenamos en nuestros huesos, por lo que es recomendado ingerir alimentos o suplementos ricos en estas vitaminas y minerales para tener una buena salud ósea.

Los huesos están compuestos por dos tipos de tejido óseo:

  • Hueso compacto (o hueso cortical) que es la parte externa y sólida del hueso. Tiene un aspecto y color similar al del marfil y es altamente resistente a pesar de ser ligero. Su interior está lleno de orificios y canales, atravesados por vasos sanguíneos y nervios.
  • El hueso esponjoso (interior), llamado así ya que se asemeja a una esponja, y se encuentra dentro del hueso compacto. Está formado por un entramado en forma de malla compuesto por pequeños trozos de hueso llamados trabéculas óseas. Aquí es donde se encuentra la médula ósea.

Cuántos huesos tenemos en el pie?

En total, el pie humano está compuesto de 23 huesos distintos que se articulan entre sí para poder brindarnos la resistencia, fuerza, estabilidad y equilibrio que requerimos para el funcionamiento y desplazamiento de nuestro cuerpo.

Grupos de huesos del pie

Los huesos del pie se dividen en los siguientes 3 grupos:

Huesos del grupo proximal (retropié)

Se trata de la parte del pie humano que está formada por los 2 huesos más grandes, los cuales forman la articulación subastragalina:

  • Astrágalo: Sólo este hueso del tarso se articula con los huesos de la pierna, quedando sujeto por la mortaja tibioperonea y articulándose caudalmente con el calcáneo y ventralmente con el escafoides. Está compuesto de una cabeza o porción anterior que se articulará con el escafoides, un cuello o segmento intermedio y un cuerpo o porción posterior. El cuerpo es la parte más voluminosa, su cara superior es articular formando la porción media o principal de la tróclea o polea astragalina.
  • Calcáneo: Este hueso del pie tiene una forma irregularmente paralelepípeda, componiendo su mitad posterior la parte conocida como talón. En su cara superior distinguimos dos carillas articulares para el astrágalo. Entre ambas carillas existe un surco profundo denominado sulcus calcanei, que junto con sulcus tali forma un conducto o cueva ósea: el seno del tarso (sinus tarsi). La cara inferior es rugosa y presenta dos eminencias: las tuberosidades interna y externa del calcáneo. La cara externa presenta un pequeño tubérculo denominado tubérculo peroneo. En la cara interna podemos observar el canal calcáneo interno debajo del sustentaculum tali. La cara anterior es lisa y se articula con el cuboides. La cara posterior forma la parte prominente del talón.
  • Navicular: Este hueso del pie tiene una forma navicular. Su cara posterior o proximal ofrece una excavación articular para el astrágalo. Su cara anterior o distal presenta tres facetas triangulares para articularse con las cuñas del pie.
  • Cuñas o huesos cuneiformes: Son tres huesos: primera o medial, segunda o intermedia y tercera o lateral. Todas presentan una cara proximal triangular articulada con el escafoides y una cara distal también triangular articulada con los cuatro primeros metatarsianos.
  • Cuboides: Tiene forma irregularmente cuboidea. Su cara proximal es lisa y se articula con el calcáneo. Su cara distal presenta dos facetas articulares para el cuarto y quinto metatarsiano. En la cara medial presenta dos carillas, una anterior para la tercera cuña y otra posterior para el escafoides. El resto de sus caras (dorsal, plantar y lateral) son rugosas y no articulares. En la cara plantar destaca una cresta, la cresta del cuboides, que divide en dos partes su cara plantar constituyendo la parte anterior un canal denominado surco del peroneo lateral largo.

Grupo intermedio del pie.

  • Metatarsianos: Son pequeños huesos largos, que se disponen de dentro afuera con los nombres de primero, segundo, tercero, cuarto y quinto. No se encuentran en el mismo plano sino que forman un arco transversal, más elevado por dentro que por fuera. Cada uno de ellos consta de una base o extremo proximal, un cuerpo o diáfisis y una cabeza o extremidad distal. El quinto suele presentar un saliente posteroexterno a nivel de su base: La apófisis estiloides del quinto metatarsiano. La diáfisis es prismática triangular con base dorsal y arista plantar. El primer metatarsiano (el más grueso) se articula con la primera cuña, el segundo encaja entre las tres cuñas, el tercero solamente se articula con la tercera, el cuarto con la tercera y el cuboides, y el quinto solamente con el cuboides. Además, todos se articulan entre sí.

Grupo distal del pie

Este grupo está compuesto por la falanges, que también se conocen con los nombres de primera o proximal, segunda o medial y tercera o distal o unqueal. El dedo gordo o hallux solo tiene dos falanges: la proximal y la distal o unqueal. Son muy rudimentarias, presentando una base o extremidad proximal, una diáfisis muy corta y una cabeza o extremidad distal. Las superficies articulares de sus extremidades son trocleas rudimentarias.

¿Para qué sirve el pie?

El pie del cuerpo humano se trata de la base de sustentación y equilibrio del cuerpo, el cual permite que mantengamos una postura erguida para caminar en 2 extremidades como muchas otras posiciones deseadas y posibles. Su función es tanto estática, adaptándose a todas las irregularidades del suelo y superficies, proporcionando estabilidad, como dinámica amortiguando el impacto y reutilizando la energía acumulada para poder generar un movimiento constante a la hora de caminar o correr. Dependiendo de la posición del pie se tendrán o no ciertas repercusiones en las articulaciones.

Estos además, son los encargados de avisarnos sobre la presión y distribución de la carga que sostenemos debido a una serie de sensores nerviosos que detectan el peso y la inclinación, de tal manera que nuestro aparato motor pueda regular las fuerzas y tensiones para brindarnos estabilidad en cada paso y posición.

De igual forma, como muchas otras secciones de nuestro cuerpo (todas las cubiertas con piel), el pie puede brindarnos información sensorial sobre el medio en el que nos encontramos parados, como la temperatura del suelo, estabilidad, movimientos, texturas y más.

Anatomía del Pie: Partes, funciones y más

Absolutamente todos los órganos y extremidades del cuerpo humano cumplen una función fundamental en nuestra vida diaria y para poder realizar todo tipo de actividades y funciones, como lo son alimentarnos, comunicarnos, sujetar objetos y desplazarnos. Para esto último contamos con unas extremidades específicas: Las piernas y los pies.

Los pies son como tal el sustento de todo nuestro cuerpo en el entorno, los cuales nos brindan el soporte, fuerza y equilibrio que necesitamos para poder ponernos de pie, caminar, correr y realizar todo tipo de actividades físicas que requieran del desplazamiento de nuestro ser en el entorno en el que vivimos.

A pesar de que parecen una simple extremidad similar a las manos, lo cierto es que son sumamente complejos y tienen características y funciones únicas que son indispensables para nuestro desarrollo, bienestar y salud.

Por ello en esta ocasión en Miprotesisdepierna.mx abordaremos todo sobre la anatomía del pie, su funcionamiento, importancia y todo lo que debes saber sobre esta fascinante extremidad que nos sostiene y lleva a todos lados.

¿Qué es el pie?

El o los pies, por definición biológica y anatómica, son la extremidad o sección terminal de las extremidades inferiores (piernas) que soportan el peso del cuerpo y que permiten la locomoción y la retromoción (desplazamiento del cuerpo).

Se trata de una estructura anatómica que se encuentra en muchas especies de vertebrados, sobre todo de los terrestres, siendo estos su principal punto de contacto con el medio en el que coexisten y el soporte de todo el resto de su anatomía.

En muchas especies animales estas extremidades son denominadas como patas. Se trata de un órgano o sección independiente en la parte terminal de la pierna, y generalmente está compuesto por uno o más segmentos o huesos, incluyendo las zarpas, las pezuñas o las uñas (estas últimas en el caso de la especie humana y otros primates).

Los pies funcionan en coordinación con el resto de las secciones de las piernas para poder ofrecernos la habilidad de caminar, correr, escalar o inclusive sólo mantenernos de pie, pues aunque parezca una acción inerte, esta implica una gran cantidad de músculos, tendones y huesos que aplican el equilibrio y fuerza necesaria para sostenernos y no caer.

Por ello es que los pies juegan un papel fundamental en la vida de todas las personas, por lo que resulta importante conocer la anatomía del pie, cómo funcionan y cómo podemos prevenir padecimientos o lesiones en la zona que nos incapaciten.

¿Cuáles son las funciones de los pies?

El pie del cuerpo humano se trata de la base de sustentación y equilibrio del cuerpo, el cual permite que mantengamos una postura erguida para caminar en 2 extremidades como muchas otras posiciones deseadas y posibles. Su función es tanto estática, adaptándose a todas las irregularidades del suelo y superficies, proporcionando estabilidad, como dinámica amortiguando el impacto y reutilizando la energía acumulada para poder generar un movimiento constante a la hora de caminar o correr. Dependiendo de la posición del pie se tendrán o no ciertas repercusiones en las articulaciones.

Estos además, son los encargados de avisarnos sobre la presión y distribución de la carga que sostenemos debido a una serie de sensores nerviosos que detectan el peso y la inclinación, de tal manera que nuestro aparato motor pueda regular las fuerzas y tensiones para brindarnos estabilidad en cada paso y posición.

De igual forma, como muchas otras secciones de nuestro cuerpo (todas las cubiertas con piel), el pie puede brindarnos información sensorial sobre el medio en el que nos encontramos parados, como la temperatura del suelo, estabilidad, movimientos, texturas y más.

Anatomía del pie humano

Adentrándonos específicamente en los pies humanos, podemos decir que el pie de los humanos es una extremidad mecánica altamente compleja e importante, la cual se encuentra formada por 26 huesos, 33 articulaciones, 22 músculos y 107 ligamentos, los cuales en conjunto, nos brindan la capacidad de movimiento, equilibrio y la fuerza necesaria para realizar todo tipo de movimientos, desde caminar hasta para practicar deportes de precisión.

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Partes del pie

En la anatomía del cuerpo humano, al pie se le divide en 3 secciones:

Retropié

Muchos la consideran como la parte de “atrás” del pie, la cual está compuesta por el astrágalo y calcáneo (talón), siendo la parte que se conecta con el tobillo y por ende con el resto de la pierna.

Mediopié

Se trata de la sección media de la anatomía del pie humano, la cual se conforma por: cuboides, navicular y 3 huesos cuneiformes que constituyen los arcos plantares.

Antepié

Parte delantera o final del pie, la cual se encuentra compuesta por los 5 metatarsianos (dedos del pie) que forman el metatarso y las falanges, cabe señalar que el dedo gordo tiene dos falanges mientras que el resto tiene 3.

Planta del pie

Otra parte que podemos destacar de la anatomía del pie (que se extiende por la parte inferior de las 3 secciones anteriormente descritas), es la planta del pie, la cual como tal es la parte de abajo de toda la extremidad, la cual, como las palmas de la mano, tiene un tipo de tejido más resistente y que se adapta al uso, suelos y temperaturas a los que se somete (claro, con las respectivas limitantes del cuerpo humano).

La planta del pie se compone por elementos óseos y ligamentosos que construyen a la conocida bóveda plantar (arco), una estructura sostenida por tres arcos:

  • Arco medial
  • Arco lateral
  • Arco transversal

Huesos que forman el pie humano

La anatomía del pie está compuesta por los siguientes huesos:

  • Astrágalo: Hueso que se articula con el resto de la pierna.
  • Calcáneo: Ubicado debajo del hueso astrágalo, el cual mantiene el equilibrio.
  • Escafoides: O navicular, une mecánicamente los huesos del tarso con los del metatarso. También brinda estabilidad al pie.
  • Cuboides: Transmiten la fuerza procedente del tobillo al resto del pie.
  • Primer cuneiforme: Fila de 3 huesos que se localizan en el tarso.
  • Segundo cuneiforme: Se encuentra entre la primera y tercer cuña.
  • Tercer cuneiforme: Se encuentra en la parte más interna del pie.
  • Primer metatarsiano: Hueso que comunica con las falanges del “dedo gordo” por la parte distal del pie.
  • Segundo metatarsiano: Se comunica en su parte distal con la segunda falange.
  • Tercer metatarsiano: Se comunica en su parte distal con la tercera falange.
  • Cuarto metatarsiano: Se comunica en su parte distal con la cuarta falange.
  • Quinto metatarsiano: Se comunica en su parte distal con la quinta falange.
  • Falanges: Cada uno de los 5 metatarsianos (dedos del pie) se componen de tres falanges a excepción del “dedo gordo” o “pulgar”, que solo tiene 2.

Músculos del pie

Como todas las extremidades del cuerpo humano, el pie logra su capacidad de movimiento y fuerza gracias a los músculos que recubren el tejido óseo. Este cuenta con dos grupos de músculos:

Extrínsecos

Se originan en la pierna y llegan hasta el tobillo o el pie, son los encargados de realizar los movimientos de flexión, inversión y la eversión.

Intrínsecos

Son músculos que se originan e insertan en el pie, son los encargados del movimiento de los dedos, apoyo del peso del cuerpo y su movimiento durante la locomoción.

Miembro residual: Qué es, riesgos y cuidados

¿Qué es el miembro residual y cómo cuidarlo?

Sufrir la pérdida de uno de nuestros miembros o partes de nuestro cuerpo es algo bastante duro, pues además de que es un proceso complicado y en ocasiones doloroso, también terminará afectando nuestra capacidad física y afectandonos de forma psicológica. Por ello es importante abordar los cuidados postoperatorios desde todos los ámbitos, y uno de los más importantes es el cuidado del miembro residual que queda después de que sane la herida.

Es de suma importancia este proceso de recuperación y rehabilitación con los cuidados del miembro residual, ya que de esto dependerá evitar cualquier tipo de complicaciones que pongan en riesgo nuestra salud, además de que una correcta recuperación y tratamiento hace que sea más posible el uso futuro de una prótesis de pierna o de cualquier tipo que nos ayude a recuperar nuestra capacidad de caminar, ponernos de pie y realizar nuestras actividades diarias y profesionales con normalidad e independencia.

Es por ello que al momento de la intervención quirúrgica los médicos deberán tomar todas las decisiones y cuidados pertinentes para obtener un miembro residual adecuado para evitar riesgos futuros en cuanto a complicaciones de salud, y por su parte los pacientes deberán asegurarse de seguir al pie de la letra todas las recomendaciones como el vendaje, cuidados de la cicatrización y ejercicios para posteriormente poder utilizar una prótesis.

En Miprotesisdepierna.mx te explicamos todo lo que debes saber sobre el miembro o los miembros residuales (en caso de amputaciones dobles), qué son, los cuidados que se les debe brindar y la forma en la que puedes adquirir una prótesis y adaptarla a este miembro residual para poder volver a caminar y realizar tus actividades con normalidad.

Ponte en contacto con uno de nuestros médicos especialistas para conocer más o agendar una cita para poder obtener un diagnóstico profesional y que comiences tu proceso de protetización.

¿Qué es un miembro residual?

El miembro residual se define como el extremo del cuerpo resultante después de que se ha realizado una cirugía de amputación o se ha perdido parte del miembro debido a un accidente.

La extremidad resultante y el área donde ahora ha cicatrizado el corte se le denomina como miembro residual o muñón, y se trata de una de las heridas más complejas y de cuidado en el cuerpo humano, pues muy susceptible a complicaciones por el grado de pérdida, que incluye piel, músculos, nervios y tejido óseo.

Este miembro residual restante es bastante delicado inmediatamente después de la cirugía de amputación, pues se corre el riesgo de infección, dolores, sangrados, problemas de circulación y todo tipo de complicaciones que pueden afectar la salud del paciente o que inclusive ponen en riesgo que nuevamente sea necesario remover la sección restante de la extremidad.

Los miembros residuales son heridas moldeables y que van cambiando con el paso del tiempo, para lo cual es importante llevar minuciosos cuidados para asegurarnos de que se consiga una forma y fortaleza adecuada para posteriormente poder adaptar un prótesis de pierna que nos ayude a volver a caminar, pero eso sólo pasará si se obtiene un miembro residual con las características óptimas para poder soportar el esfuerzo de un aparato tan complejo como pueden ser las prótesis.

Para esto, es importante tomar los cuidados necesarios para la herida, aplicar vendajes para ayudar a dar forma y facilitar la circulación y realizar los ejercicios y fisioterapias necesarias.

Cuidados del miembro residual y preparación para el uso de una prótesis

Después de la cirugía de amputación y una vez que la herida ha cicatrizado y se procede a retirar la suturas o grapas quirúrgicas (lo cual aproximadamente es 3 semanas después) se debe comenzar con el proceso de desensibilización, el cual consiste en dar masajes y frotaciones a la extremidad para ir reduciendo el dolor.

De igual manera es fundamental comenzar desde temprano con la rehabilitación del miembro para aprender a usarlo, tener los cuidados necesarios para evitar golpes o complicaciones y para poder utilizar una prótesis posteriormente.

De igual manera resulta imprescindible aprender por parte de nuestro médico y fisioterapeuta cuáles son las posturas correctas para caminar, sentarse o acostarse, ya que evitarán la reducción de los músculos y complicaciones de tipo óseo o de las articulaciones.

También es necesario el uso constante de vendaje o fundas elásticas que ayudan a brindar soporte, mejorar la circulación y formar de manera cónica el miembro residual, de tal forma que se puede adaptar posteriormente el socket de una prótesis de pierna.

Dolores del miembro residual y síndrome del miembro fantasma

El Síndrome del Miembro Fantasma se trata de una condición en la que una persona que ha sufrido una amputación, (ya sea de brazo, pierna o cualquier sección de estos) sigue teniendo la sensación de poder percibir la presencia del miembro aún en su cuerpo.

Esto incluye todo tipo de sensaciones, como dolor, picazón, sensaciones térmicas (frío o calor), hormigueo, disestesias y casi cualquier otro tipo de sensación nerviosa en dicho miembro faltante, por lo que se le denomina dolor fantasma, ya que evidentemente, la parte corporal ya no existe.

Hoy en día aún no se sabe realmente qué es lo que causa estas sensaciones, sin embargo la explicación más aceptada es que el cerebro sigue detectando los impulsos de los nervios provenientes de la sección amputada, por lo que sigue detectando o creando sensaciones que parecieran reales.

Riesgos del miembro residual

Los trastornos que disminuyen la circulación en los miembros inferiores y pueden generar en los pacientes riesgo de amputación, también aumentan el riesgo de lesiones de la piel e infección aún después de la amputación, por lo que resulta importante conocer cuáles son estos factores y cómo prevenir complicaciones en el miembro residual.

Los trastornos que alteran la sensibilidad pueden retrasar el diagnóstico y tratamiento al evitar que los pacientes sientan molestias o dolor debido a la fragmentación de la piel o una infección. Los pacientes con un trastorno sensitivo deben remover sus prótesis varias veces al día para revisar el enrojecimiento cutáneo y otros signos de lesión o infección.

Los problemas cutáneos y la dificultad para ajustar la prótesis son más probables cuando el miembro residual tiene ciertas características, que incluyen tejido distal excesivo más allá de la terminación ósea, piel laxa, cicatrices gruesas, invaginaciones de piel y tejido, adherencias de piel y tejido y exostosis ósea terminal.

Si el receptáculo de la prótesis se ajusta de manera óptima, los problemas en la piel son mínimos. Pero incluso con un buen ajuste, los cambios morfológicos normales, como la atrofia muscular y la fluctuación del volumen de líquido, pueden alterar la relación del muñón con el receptáculo y aumentar el riesgo de problemas.

   
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