Las personas tienden a tener muchos tipos de pisadas debido a que pueden ser causadas por una variedad de factores, incluidas las deformidades congénitas y las malas posturas, que son dos de las situaciones más comunes que causan pisadas de pronador y supinador.
En cambio, la contraria pisada también se conoce como pronador pisada y tiene características diametralmente opuestas a la supinación.
Conoce todo sobre el pie supinador o pisada supinadora en Miprotesisdepierna.mx
¿Qué es el pie supinador?
El pie de un supinador permite la rotación externa del pie mientras camina o corre. Dicho de otro modo, apoya el pie con la parte exterior de la garra, continúa apilando con esa zona y empuja con los últimos tres dedos.
Esta postura poco común (menos del 10% de la población supina) puede provocar lesiones leves a graves, según la extensión del movimiento. Problemas con los tendones, músculos, tendones, esguinces, o fracturas presentan un cuadro poco atractivo, ¿no crees? Si te encuentras en este grupo después del primer análisis, es recomendable desarrollar soluciones a corto, mediano y largo plazo. Y, por supuesto, todo bajo la supervisión de un especialista.
Durante las pisadas supinadoras, la mayor parte del peso del cuerpo se concentra en la parte exterior del pie. Este no es un estado deseable en el que estar cuando hacemos ejercicio o hacemos nuestra vida diaria. Esta condición generalmente es causada por empeines altos, problemas neuromusculares o falta de músculo en la parte inferior de la pierna, lo que resulta en problemas graves en los pies.
Síntomas y características del pie supinador
Debido a la distensión de los ligamentos del lado del tobillo, así como a la tensión de los músculos que realizan la supinación, el pie supinador es un tipo de pisada que puede ocasionar dolor en la región, inestabilidades articulares, tensión muscular, acortamiento, cadas, e incluso molestias con determinados tipos de calzado.
Causas del pie supinador
El pie del supinador, al igual que el del pronador, es causado debido a malas posturas, movimientos y posiciones repetitivas, deformidades congénitas, distensión de los ligamentos del tobillo, carreras frecuentes y debilidad musculoesquelética en la región de las piernas.
En consecuencia, es un tipo de pisada que se puede evitar y reducir realizando ejercicios adecuados y llevando una pantorrilla que mantenga el pie en una posición neutra.
Factores de riesgo
Además de los huesos del tarso, metatarso y falanges que tienden a afectar el pie del supinador, los tejidos blandos como ligamentos, músculos y tendones tienden a perder función cuando las fibras se distienden o permanecen tensas. Como resultado de estos factores, se pierde la estabilidad y se produce una lesión recurrente
¿Cómo se detecta el pie supinador?
Para alcanzar este nivel, además de un estudio estático de la pisada, se debe realizar un estudio biomecánico en el que se examina el método de pisada mientras se corre o se corre utilizando complejos sistemas de grabación y programas informáticos. Luego de realizado un diagnóstico, es posible que un profesional recomiende algún tipo de plantilla para no dañar la articulación.
Pie supinador: la pisada menos común
Es la pisada menos común, con solo el 10% de la población en supinación. Durante una pisada de supinador, la mayor parte del peso del cuerpo se concentra en la parte externa del pie, lo que puede resultar en empeines altos, disfunciones neuromusculares o falta de musculatura en la extremidad inferior. La supinación excesiva reduce la capacidad natural del pie para absorber el impacto.
Aunque se puede obtener una primera impresión al observar la pisada, se debe buscar un diagnóstico de un profesional médico, ya que la pisada es mucho más complicada de lo que parece. En un movimiento de marcha normal, se puede lograr una flexión plantar, una inversión o eversión y una pronación o supinación.
Para empezar, una supinadora pisada no tiene por qué ser considerada un problema; sin embargo, es necesario examinar el resto de la estructura de la extremidad inferior, incluyendo la cadera, la rodilla, el tobillo y la musculatura, así como comprender el deporte que se practica y escuchar al paciente si es un síntoma doloroso. Por ejemplo, el 90% de los corredores prefieren ponerse en decúbito supino de forma natural apoyando el pie contra el suelo, mientras que al caminar están acostumbrados a la pronación.
La supinación puede causar lesiones leves a severas en tendones, músculos, torceduras, esguinces y fracturas, dependiendo de la gravedad de la lesión. La supinación reduce la estabilidad del pie y provoca una tensión excesiva en la cadena externa del muslo, lo que aumenta el riesgo de problemas en la rodilla o musculoesqueléticos.
Se puede corregir el pie supinador?
El pie supinador y sus afectaciones pueden ser reducidos mediante la aplicación de ejercicios orientados a fortalecer los tejidos distendidos, disminuir la tensión muscular, estiramientos para tratar el acortamiento de los músculos, uso de calzado adecuado, así como plantillas y actividades.
Como resultado, es fundamental que cuando ocurran estos cambios, el individuo consulte con un fisioterapeuta que pueda brindarle información y consejos sobre cómo evitar futuras lesiones.
¿Cómo detectar que tipo de pisada tengo?
Como se dijo anteriormente, determinar el tipo de pisada no es un proceso difícil, pero recomendamos encarecidamente que se haga bajo la supervisión de un experto. Los podólogos o fisioterapeutas podrán identificar la pisada no solo tras un diagnóstico preliminar, sino también tras someterla a pruebas específicas para determinar su verdadero estado.
Puedes saber qué tipo de pisada tienes realizando las siguientes observaciones:
- Paso 1: ¿Cómo se quita la suela del zapato? Tendrás una pisada pronadora si desgasificas la suela hacia el interior mientras realizas la pisada. Si, por el contrario, tiende a apartarse de ti, eres un supinador.
- Paso 2: ¿Cómo apoyas tus pies? Analice la posición de su pie en relación con un objeto. ¿Eres consciente de que tus pies se inclinan hacia adentro o hacia afuera? En pocas palabras, no están inclinados.
- Paso 3: ¿Cuál es la huella que dejas? Si vas a la playa, prueba a caminar por la orilla y analiza tu tono de piel. ¿Qué zona produce la mayor presión?
- Paso 4: ¿Y después de una hora de ejercicio? Es interesante ver si la posición de nuestros pies mejora o empeora después de una vigorosa sesión de entrenamiento. No hay razón para que sea el maratón de Nueva York. Si el pie le cuelga después de una larga caminata, debe consultar a su cabecero lo antes posible.