Entre las malformaciones más comunes del pie que seguramente todos hemos escuchado o más de uno padecido, está el famoso pie plano, en donde el arco plantar no se desarrolla de manera correcta. Sin embargo, ¿sabías que existe una condición totalmente contraria conocida como pie cavo?
El pie cavo, al contrario del pie plano, es cuando el arco de la planta es mucho más pronunciado y alto de lo normal (de ahí el nombre de cavo, por la cavidad que se forma).
Esta condición en casos agravados de igual forma puede ocasionar muchos problemas, dolores y dificultad para caminar a las personas que lo sufren.
Por ello, aquí te explicamos todo lo que tienes que conocer acerca del pie cavo, cómo identificarlo y los tratamientos que existen en la actualidad para contrarrestarlo.
¿Qué es el pie cavo?
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El pie cavo, a diferencia del pie plano, es aquel en que la bóveda o arco plantar es más pronunciado de lo que debería ser. En este tipo de pies el apoyo se concentra en la zona del talón y del metatarso y no realizan el apoyo que deberían por la parte media y externa del pie, lo que puede generar problemas de postura, equilibrio y deformación de huesos del pie, ligamentos y músculos del pie.
El arco del pie en los casos de pie cavo (pes cavus) es más alto de lo normal y no se puede aplanar para que tenga total contacto con la superficie. En ocasiones esto provoca que los dedos de los pies estén en garras y el talón desviado. Este padecimiento generalmente afecta a ambos pies.
Lo que distingue al pie cavo de otras deformidades del pie que ocasionan un arco alto es que la parte delantera del pie cae hacia abajo, por lo que el pie tiende a descansar en el lado externo.
¿Cuáles son las causas del pie cavo?
La mayoría de las personas con esta condición cavo se han detectado con un trastorno neurológico, el cual puede ser estático o progresivo.
- Los trastornos neurológicos estáticos causantes del pie cavo son la apoplejía, el polio, la parálisis cerebral, la lesión espinal y la lesión del nervio peroneo.
- Los trastornos neurológicos progresivos que pueden producir el pie cavo son el tumor espinal, un tumor cerebral, un quiste espinal, una distrofia muscular, la ataxia de Friedreich y el síndrome de Charcot-Marie-Tooth.
También es importante mencionar que en uno de cada cinco casos no parece tener una causa evidente.
Síntomas del pie cavo
Muchas personas con este padecimiento no experimentan ningún tipo de problema, a menos que busquen comprar unos pares de zapatos que les puedan caber y en donde es más evidente la forma cóncava de la superficie plantar.
En los casos más graves, se pueden producir síntomas como:
- Dolor, sensibilidad o calambres en los pies
- Dolor en la musculatura plantar y dorsos de los pies
- Dolor en piernas, rodilla, caderas y/o espalda
- Inclinación del talón hacia afuera (pies planos)
- Torpeza o cambios en la forma de caminar
- Dificultades con los zapatos
- Hiperqueratosis (callosidades o durezas plantares y en dedos) en pie cavo
- Energía reducida cuando participa en actividades físicas
- Inestabilidad en los pies y tobillos
Se puede prevenir el pie cavo?
No, el pie cavo como el pie plano, son condiciones que se desarrollan desde el crecimiento del feto y en la infancia, las cuales no dependen de ninguna influencia externa en la mayoría de los casos, pues más que nada se desarrolla por trastornos neurológicos.
Factores de riesgo del pie cavo
En caso de que no se atienda un caso de pie cavo grave, las consecuencias para la salud y calidad de vida del paciente pueden ir incrementando, las cuales son principalmente los problemas para caminar, usar calzado, dolor crónico y afectaciones a la postura y otras articulaciones del cuerpo.
¿Cuándo acudir al médico?
En el momento que se detecte esta condición es importante acudir con un ortopedista experto para que descarte otros problemas o padecimientos, así como para que recomiende la mejor forma de cuidar los pies y si es necesario, el uso de calzado o plantillas especializadas.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del pie cavo y pie plano por lo general se realiza con un examen clínico y con pruebas de seguimiento aplicadas por un especialista en ortopedia.
En el examen clínico de rutina, el médico especialista te preguntará sobre los síntomas que presentas, incluyendo cualquier dolor que sufras, tanto en el pie como en otras partes del cuerpo. Después, el especialista examinará tus pies y tu postura para poder determinar el tipo de deformidad que padeces. Por último, te preguntarán sobre tu historial médico familiar, ya que el pie cavo es con frecuencia una afección hereditaria.
Es probable que el médico ordene realizar pruebas adicionales para descartar o confirmar otras posibles causas de la afección. Pueden incluir pruebas neurológicas o hacer un escáner de tu columna vertebral si existen sospechas de un posible tumor.
Los exámenes que se pueden hacer incluyen:
- Radiografía de los pies
- Radiografía de la columna
- Electromiografía
- Resonancia magnética de la columna
- Estudios de conducción nerviosa
- Pruebas genéticas para buscar genes hereditarios que se puedan transmitir a su hijo
Tratamientos para el pie cavo
Es muy común que en los casos de arcos plantares altos o pie cavo, sobre todo los que sean flexibles o bien cuidados, no necesiten ningún tratamiento pues no representan riesgos a la salud ni molestias para el paciente.
El calzado corrector puede ayudar a aliviar el dolor y mejorar la marcha. Esto incluye modificaciones a los zapatos, tales como un implante y una plantilla de soporte para el arco.
La cirugía para aplanar el pie algunas veces es necesaria en casos graves. Cualquier problema neurológico que se presente debe ser tratado y monitoreado por especialistas.
Cirugía de pie cavo
La cirugía para el pie se realiza cuando la afectación es más seria y provoca grandes problemas para el caminar de la persona, su postura y dolores en el pie como en otras zonas del cuerpo. Esta cirugía de pie cavo puede abarcar una serie de procedimientos, como:
- Desplazar el hueso del talón hacia atrás debajo del pie
- Recolocar el hueso que conduce al dedo gordo del pie
- Recolocar los músculos que giran los pies hacia afuera
- Liberación de los tejidos blandos
- Trasplante de tendones
El objetivo de la cirugía es colocar el pie en una posición neutral, para lograr reducir el dolor y para mejorar su movilidad y equilibrio. La cirugía del pie cavo es una operación importante. Tendrás tu pie escayolado durante aproximadamente seis semanas, y la recuperación completa puede tardar hasta doce meses. Esta es la razón por la que, en general, solo se recomienda a pacientes con síntomas graves o que se sabe que habrá un empeoramiento.