La displasia de cadera se trata de uno de los problemas en la región de la cadera más delicados y a los cuales debemos poner especial atención, sobre todo en nuestros hijos, ya que esta condición puede desarrollarse durante el crecimiento de los niños.
Se trata de un problema en el desarrollo del techo del acetábulo, el cual es la sección de la cadera encargada de recubrir el extremo o la cabeza del fémur, articulando la pierna al tronco del cuerpo.
Si la cabeza del fémur no queda completamente cubierta, este corre el riesgo de dislocarse o escaparse del lugar que le corresponde, generando lesiones, dolor y otro tipo de complicaciones en el área que pueden generar incapacidad para caminar al paciente.
Por ello en Miprotesisdepierna.mx te explicamos todo lo que debes saber sobre la displasia de cadera y cuáles son los mejores tratamientos para este tipo de padecimientos.
¿Qué es la displasia de cadera?
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Como se mencionó, la displasia de cadera se trata del término empleado para describir aquella condición médica en la que la cavidad de la cadera (acetábulo) no alcanza a cubrir el extremo del fémur, de tal modo que se corre el riesgo de que este hueso de la pierna se salga del lugar que le corresponde.
La displasia de cadera es una enfermedad que se define como un retardo en el desarrollo y maduración de los elementos que forman esa articulación, constituida por la cabeza femoral y el acetábulo o porción cóncava de la pelvis que la recubre. Cuando la relación entre ambas estructuras óseas se pierde, provoca trastornos que van desde una subluxación hasta una alteración total o luxación.
En función de su nivel de gravedad, estos cuadros pueden causar dolor, cojera o diversas limitaciones de la movilidad cuando no son tratados adecuadamente.
¿Qué causa la displasia de cadera?
La displasia de cadera se trata de una condición congénita que comienza desde el desarrollo del feto, pues los componentes de la cadera aparecen a las 11 semanas de vida intrauterina, y en los meses siguientes crecen y maduran.
Es durante ese lapso donde puede surgir la alteración denominada displasia luxante de cadera, cuando una o ambas caderas no están ajustadas adecuadamente en la cavidad pélvica respectiva o acetábulo.
Entre las principales causas de la displasia de cadera se encuentran:
- La carga genética
- El género, pues el trastorno es 8 veces más frecuente en las mujeres
- La condición de primer embarazo de la madre
- La situación del bebé en el medio intrauterino como la cantidad de líquido amniótico
- La presentación del niño en una posición podálica
- Alteraciones neuromusculares como en el mielomeningocele.
Síntomas
Los pediatras revisan las caderas de los infantes más de una vez a lo largo de su desarrollo; inmediatamente después del nacimiento durante el examen físico del recién nacido y de nuevo después de seis a ocho semanas. La manipulación suave de las articulaciones de la cadera del bebé puede revelar síntomas como:
- Molestia o dolor
- La cadera está floja
- Una pierna puede ser más larga que la otra.
Si no se diagnostica o trata, puede causar los siguientes síntomas en adolescentes y adultos:
- Dolor de cadera
- Caminar cojeando
- Osteoartritis, que causa rigidez y dolor en las articulaciones
Factores de riesgo
La displasia de cadera generalmente es hereditaria y es más común en las mujeres. El riesgo de presentar displasia de cadera también es mayor en los bebés que nacen en posición podálica y en los bebés que están envueltos con las caderas y las rodillas rectas.
Mientras la afección se diagnostique temprano y se trate, la mayoría de los niños con displasia de cadera se desarrollarán normalmente y su cadera tendrá su rango completo de movimiento. Sin embargo, si no se diagnostica ni se trata, puede causar problemas en el futuro, como dolores, problemas para caminar y otros.
¿Cuándo acudir al médico?
Los casos leves de displasia de cadera pueden ser difíciles de diagnosticar y no suelen causar problemas antes de ser un adulto joven. Si tu médico sospecha que tienes displasia de cadera, puede sugerirte pruebas por imágenes, como rayos X o resonancia magnética (IRM).
¿Cómo se diagnostica la displasia de cadera?
Para el diagnóstico en un adulto es necesario hacer exámenes que incluyan una evaluación de la marcha, medir la longitud de las extremidades, determinar la potencia muscular, los arcos de movilidad y hacer pruebas especiales.
Las radiografías simples en proyección anteroposterior (AP) de la pelvis y laterales de cadera son los primeros pasos en la evaluación por imagen.
La resonancia magnética solamente está indicada para descartar la presencia de anormalidades estructurales labrales o condrales, por lo tanto, cuando existen síntomas que sugieren alteraciones intraarticulares asociadas a las malformaciones óseas.
Para el caso de los niños, durante las consultas pediátricas de control, los médicos suelen controlar si hay displasia; para ello, mueven las piernas del bebé en varias posiciones que ayudan a indicar si la articulación de la cadera está bien.
Tratamiento para la displasia de cadera
La terapia consiste en posicionar la cabeza femoral de una forma tal que estimule la maduración del techo acetabular. Esto se logra con las correas o arnés de Pavlik, técnica que logra un 95% de éxito con el uso adecuado.
Si el paciente tiene más de seis meses de edad, es posible que se necesite de cirugía para volver a colocar la bola en la rótula.
¿Cómo prevenir la displasia de cadera?
El diagnóstico precoz de la displasia del desarrollo de la cadera en el periodo posnatal con la exploración física rutinaria (tests de Barlow y Ortolani) y la ecografía de cadera permiten un tratamiento precoz y prevenir la displasia acetabular residual.