Si sufres de diabetes, seguramente ya te has enterado del problema del pie diabético y todas las amenazas que supone para tu salud esta condición, pues no sólo causa dolores o heridas, sino que puede provocar inclusive la necesidad de una amputación en casos graves de la enfermedad.
Uno de los principales problemas derivados de la diabetes (aunque no es la única causante), es el famoso pie de charcot, el cual consiste en un padecimiento causado por daños en los nervios y problemas circulatorios que pueden generar deformaciones de diversa índole en nuestras extremidades inferiores.
¿Qué es el pie de charcot?
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Se le conoce como pie de Charcot a la afección progresiva que afecta al pie y al tobillo. El pie de Charcot ataca a los huesos, las articulaciones y a los tejidos blandos y puede hacer que se formen llagas en los pies o que el pie cambie de forma.
Este padecimiento es común en personas diabéticas, aunque existen diversas causas que provocan la afectación nerviosas que propicia esta condición.
¿Qué causa este padecimiento?
El daño de los nervios (neuropatía) es una complicación de la diabetes que lleva a una pérdida de la sensación en el pie. Algunas personas con diabetes ya no pueden sentir cuando algo les ha irritado o incluso les ha pinchado la piel. Una herida tan pequeña como una ampolla puede avanzar y convertirse en una infección seria en cuestión de días.
La diabetes también daña los vasos sanguíneos, reduciendo el flujo de sangre a los pies. La mala circulación debilita el hueso, y puede causar desintegración de los huesos y las articulaciones en el pie y el tobillo. A causa de esto, las personas con diabetes tienen mayor riesgo de fracturarse los huesos del pie.
La neuropatía periférica está causada por lo general por la diabetes (causa más común del pie de charcot), pero también puede ser por Parkinson, VIH, traumatismo espinal, enfermedad reumatoide, psoriasis o abuso de alcohol y drogas. No todos los casos de neuropatía periférica llevan al pie de Charcot.
¿Quiénes son más propensos a sufrirlo?
El pie de charcot es más propenso a presentarse en personas que sufren de diabetes y pie diabético, sin embargo, también la neuropatía periférica (padecimiento que lo provoca), puede generarse por padecimientos como Parkinson, VIH, traumatismo espinal, enfermedad reumatoide, consumo de drogas y alcoholismo.
Síntomas del pie de charcot
- Existen diversos síntomas que pueden ser indicadores del pie de charcot, como lo son:
- Dolor leve e incomodidad
- Enrojecimiento
- Hinchazón
- Calor en el pie afectado (notoriamente más caliente que el otro pie)
- En etapas posteriores, los huesos se rompen y se salen de su lugar, lo que causa que el pie o el tobillo se deforme.
- Una señal clásica de Charcot son los pies con fondo redondeado. Esto ocurre cuando los huesos del medio del pie colapsan. Esto causa que el arco del pie colapse y se doble hacia abajo.
- Los dedos del pie pueden curvarse hacia abajo.
- Los huesos que resaltan en ángulos poco normales pueden producir llagas por presión y úlceras en los pies.
- Debido a la insensibilidad en los pies, estas llagas y úlceras pueden volverse más grandes o profundas antes de que se noten.
- El azúcar alto en la sangre también dificulta que el cuerpo combata las infecciones. Como resultado, las úlceras en los pies se infectan.
- Electromiografía
- Exámenes de velocidad de conducción nerviosa
- Biopsia de nervio
- Radiografía de los pies
- Resonancia magnética
- Gammagrafía ósea
- Férulas
- Correctores
- Plantillas ortopédicas
- Bota ortopédica restrictiva de Charcot, una bota especial que distribuye la presión uniformemente en todo el pie.
- Mantenga un buen control de sus niveles de azúcar para ayudar a prevenir o retrasar la aparición del pie de Charcot. Sin embargo, todavía puede ocurrir, incluso en personas cuyos niveles de azúcar estén bien controlados.
- Cuide sus pies. Revíselos todos los días.
- Consulte con un médico especialista en el cuidado de los pies (podólogo) regularmente.
- Revise sus pies regularmente para buscar cortes, enrojecimiento y llagas.
- Evite lesiones en los pies
Factores de riesgo
La deformidad grave del pie aumenta el riesgo de úlceras en los pies. Si las úlceras o el hueso subyacente se infectan y es difícil tratarlas, la amputación puede ser necesaria.
¿Cómo se diagnostica el pie de charcot?
No siempre es fácil dar un diagnóstico temprano del pie de Charcot. Puede confundirse con esguinces, infección ósea, artritis o inflamación de las articulaciones. Su proveedor de atención médica revisará su historial médico y examinará sus pies y tobillos.
Pueden practicarse exámenes de sangre y otros exámenes de laboratorio para descartar otras causas.
Su proveedor puede revisar el daño en los nervios con estos exámenes:
Las radiografías de los pies pueden parecer normales en las etapas tempranas de esta afección. A menudo, el diagnóstico se produce al reconocer los síntomas tempranos del pie de Charcot: hinchazón, enrojecimiento y calentamiento del pie afectado.
Tratamientos para el pie de charcot
Los principales tratamientos contra el pie de charcot tienen como objetivo evitar el desgaste óseo y con ello prevenir que los huesos del pie se rompan y sufran deformaciones.
Inmovilización
En este tratamiento frecuentemente utilizado, el médico especialista indicará el uso de yeso de contacto total. Esto con la intención de limitar el movimiento de su pie y tobillo. Probablemente se le pedirá que elimine el peso que pone en el pie por completo, por eso necesitará usar muletas, un caminador con ruedas o una silla de ruedas.
Se le colocarán nuevos yesos a medida que la hinchazón disminuye. La curación puede tomar un par de meses o más.
Calzado protector
Se trata de un tratamiento recomendado para después de que el pie ha sanado, en el cual su proveedor puede sugerirle algún dispositivo para darle soporte a su pie y prevenir nuevas lesiones. Estos pueden incluir:
Cambios en actividades
Usted siempre estará en riesgo de padecer de nuevo el pie de Charcot o desarrollarlo en el otro pie. Su proveedor puede recomendar cambios en sus actividades, como limitar el estar de pie o caminar para proteger sus pies.
Cirugía
Una cirugía quirúrgica puede ser el mejor tratamiento si se presentan úlceras en los pies que aparecen constantemente o deformidad grave del pie o tobillo. La cirugía puede ayudarle a estabilizar las articulaciones del pie y del tobillo y remover las áreas óseas para prevenir úlceras en los pies.
Seguimiento permanente
Usted necesitará ver a su proveedor para los chequeos y tomar medidas para proteger sus pies durante el resto de su vida.
¿Se puede prevenir el pie de charcot?
Este padecimiento puede ser prevenido si se toman en cuenta los siguientes cuidados recomendados por médicos especialistas:
