La anomalía del pie plano se presenta de diversas formas, pues no sólo es la falta de la curvatura o sección cóncava de la planta del pie, sino que existen diversos tipos en las que se presenta esta afectación.
Una de las variantes es precisamente el pie plano rígido, el cual cuenta con diversas características, síntomas y afecta de forma distinta el caminar y la calidad de vida y salud de las personas que lo padecen.
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¿Qué es el pie plano rígido?
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El pie plano rígido se distingue por la presencia de uniones anómalas entre los dedos. Esto da como resultado una deformidad con una menor altura del arco longitudinal y una desviación en valgo de la garra. Cuando un niño se pone las manos en las caderas, la posición de los pies no cambia ya que su movilidad está restringida por la unión de los huesos. Hay dos tipos básicos de uniones anómalas: entre astrágalo y calcáneo y entre calcáneo y escafoides. El primero provoca un bloqueo considerablemente más grave. Esta es una situación permanente que no cambia con la edad.
Causas del pie plano rígido
Una afección común son los pies planos rígidos la cual se presentan habitualmente en bebés y niños pequeños.
Debido a que los tejidos que sostienen las articulaciones del pie (conocidos como tendones) han flotado, tienen pies planos.
A medida que los niños crecen, sus tejidos se tensan y forman un arco, lo que ocurre a la edad de dos o tres años. Cuando son adultos, la mayoría de las personas tienen arcos normales. Sin embargo, es posible que este arco nunca surja en algunas personas.
Algunas enfermedades hereditarias pueden provocar la flacidez del tendón.
- El síndrome de Ehlers-Danlos
- El síndrome de Marfan
Síntomas del pie plano rígido
El pie aplanado se puede detectar al nacer o años después. La mayoría de los niños con pie plano no presentan síntomas, aunque algunos niños presentan uno o más de los siguientes síntomas:
- Dolor, sensibilidad o calamidades en el pie, pierna o rodilla
- Inclinación de la garra hacia el exterior
- Torque o cambios en el patrón de caminar
- Dificultades con los zapatos
- Limitación funcional
- Energía reducida al participar en actividades físicas
- Voluntariado en actividades físicas
¿Quiénes son más vulnerables a sufrir pie plano rígido?
Los pies planos rígidos constituyen una afección común. Los pies se caracterizan por un mayor acúmulo de grasa y más elasticidad de los ligamentos, lo que en apariencia es un pie plano. Es cuando comienzan a caminar cuando se va ejercitando la musculatura plantar y se muestra el arco plantar.
La mayor parte de las veces, es un problema que se diagnostica con facilidad tras una exploración sencilla, y el tratamiento que supone se basa principalmente en una correcta explicación a los padres y una adecuada vigilancia del niño.
Diagnóstico del pie plano rígido
Para comenzar, verifique si se trata de una tabla circular flexible y elimine la llamada tabla circular rígida.
Se requiere un examen muculo-esquelético completo, con especial atención al tobillo y al pie.
En general, se debe determinar si el paciente presenta alguna hiperlaxitud ligamentosa que pueda contribuir al “hundimiento” del pie cargado.
También es crucial observar los patrones angulares y rotacionales de las piernas, así como el patrón de marcha, para descartar cualquier otro problema esquelético.
La “prueba de Jack” y pedirle al paciente que coloque puntillas son dos maniobras básicas para determinar si se trata o no de una empanada flexible.
Si la exploración es compatible con un pie plano flexible, normalmente no es necesario realizar estudios radiológicos. Si por el contrario se trata de un pie plano rígido, probablemente habrá que realizar estudios por la imagen para determinar el tipo de malformación ósea subyacente.
Tratamiento del pie plano rígido
En general, un pie flexible no requiere tratamiento. Se trata de pies regulares que naturalmente mejorarán su alineación.
Conviene estimular el desarrollo de la musculatura propia del pie por ejercicios como caminar de puntillas, o, más simple, caminar descalzo por casa.
Debemos evitar llevar una pantorrilla rígida ya que impide el correcto desarrollo del pie. No se recomiendan las plantillas, así como otro tipo de aparatos o ropa ortopédica.
Cuando un niño pone su peso encima de la planta del pie, las plantillas cambian de soporte. Sin embargo, no se ha demostrado evidencia de que tengan algún efecto en la corrección de la longitud del arco interno o cualquiera de los otros trastornos de la alineación del pie flexible.
Las plantillas, por su parte, contribuyen a que la suela del calzado se vuelva más rígida, lo que dificulta el desarrollo muscular del pie. También se ha establecido que un porcentaje de niños que utilizan plantillas pueden desarrollar problemas psicológicos relacionados con su propia imagen frente a sus compañeros.
Actualmente, solo se recomiendan para algunos tipos de infecciones del pie en las que hay llagas y callosidades o dolor.
No recomendamos la corrección quirúrgica de una tarta plana flexible ya que creemos que es una tarta “normal” que mejora con la edad y no provoca problemas dolorosos ni funcionales.
Existen varias técnicas quiroprácticas para alterar la posición en la que se articulan los dedos de los pies justo debajo del tobillo.
En general, consisten en colocar un apoyo entre los huesos astrágalo y calcáneo con el fin de elevar en altura el arco interno longitudinal.
En general, solo recomendamos la corrección quirúrgica en casos extremos, generalmente en combinación con otros síntomas osteopatológicos y en deformidades dolorosas o progresivas de las extremidades.
En los casos de pie aplanado causado por uniones óseas anormales, suele ser suficiente un tratamiento rehabilitador que revierta la contractura de la musculatura peronea. Si hay convulsiones recurrentes o dolor que no responde al tratamiento, se debe considerar una cirugía de unión ósea atípica.