La fisioterapia ortopédica es muy importante para procesos de recuperación en lesiones muscolesqueleticas, ya que promueven la restauración de la movilidad y la recuperación de la fuerza muscular.

Esta terapia es clave para la rehabilitación posquirúrgica, además de que ayuda a prevenir lesiones más graves y ayudar aumentar la funcionalidad del área lastimada.  Aquí te contamos toso sobre este tipo de terapia.

¿Qué es la Fisioterapia ortopédica?

La Fisioterapia ortopédica es una especialidad clínica que tiene como función principal la prevención, el estudio y el tratamiento de las disfunciones que afectan al aparato locomotor.

Su objetivo principal es restaurar la capacidad funcional para optimizar la movilidad  y reducir el dolor.

Se usa principalmente en pacientes resultantes de traumatismos, enfermedades degenerativas o procedimientos quirúrgicos. El enfoque de esta terapia está basado en la práctica basada en la evidencia (PBE) que le ayudan a diseñar intervenciones que le ayuden al paciente con su pronta reinserción.

Tipos de fitoterapia ortopédica

La aplicación de esta especialidad no se restringe a un único enfoque, sino que se desarrolla mediante la integración de diversos métodos terapéuticos comprobados:

-Kinesioterapia: Basada en el ejercicio terapéutico como principal herramienta, esta modalidad incluye ejercicios isotónicos (tanto concéntricos como excéntricos), pliométricos y entrenamiento para mejorar la estabilidad dinámica. Su objetivo es recuperar la fuerza, la resistencia y el control motor, siendo clave en las etapas de rehabilitación.

–Terapia Manual Ortopédica (TMO): Compuesta por técnicas manuales destinadas al tratamiento de tejidos blandos y articulaciones, su propósito es aliviar el dolor, restituir la movilidad articular accesoria y optimizar la funcionalidad del paciente mediante manipulaciones, movilizaciones y masoterapia funcional.

-Fisioterapia Instrumental (Aplicación de Medios Físicos): Enfocada en la utilización de tecnología especializada para promover la curación de tejidos y gestionar el dolor, incluye herramientas como electroterapia (TENS o corrientes interferenciales), ultrasonido terapéutico, láser y crioterapia.

Tratamientos más comunes en fisioterapia ortopédica

Los protocolos de intervención se estructuran en distintas fases (inflamatoria, fibroplástica y de remodelación), las cuales orientan la progresión de las cargas y técnicas aplicadas. Entre las modalidades destacan:

Ejercicio terapéutico específico: Constituye el fundamento del tratamiento. Este se orienta al fortalecimiento muscular selectivo, el reentrenamiento de la marcha y la estimulación propioceptiva (conciencia corporal), aspectos esenciales para garantizar estabilidad y prevenir recaídas.

Movilización articular: Comprende técnicas manuales, tanto de baja como de alta velocidad (manipulaciones), diseñadas para reducir la rigidez articular, ampliar el rango de movimiento y aliviar el dolor, actuando sobre las microadherencias y las limitaciones mecánicas.

Técnicas miofasciales: Incluyen masajes y movilizaciones aplicadas al tejido conjuntivo con el objetivo de liberar bloqueos y tensiones. Estas técnicas promueven una mejor elasticidad de los tejidos y benefician la circulación sanguínea local.

Terapia con dispositivos de alta tecnología: La incorporación de herramientas avanzadas, como la realidad virtual (RV) o los sistemas de suspensión, está ganando popularidad. La RV, en particular, permite recrear escenarios que desafían el sistema neuromusculoesquelético, facilitando la corrección postural y mejorando el feedback sensorial.

Beneficios de la fisioterapia

Manejo del dolor sin fármacos:
Las intervenciones manuales y los agentes físicos como la estimulación eléctrica o la terapia por calor se han consolidado como recursos eficaces para modular el dolor. Estas técnicas estimulan la movilidad y activan mecanismos neuromusculares naturales de alivio, lo que las convierte en una alternativa segura frente al uso prolongado de analgésicos.

Optimización del proceso de recuperación:
La rehabilitación ortopédica estructurada facilita la cicatrización tisular mediante la aplicación de cargas progresivas y controladas, promoviendo la correcta adaptación del tejido lesionado (Wang et al., 2021). Gracias a ello, los pacientes recuperan antes la funcionalidad y pueden reincorporarse con mayor seguridad a sus rutinas personales o laborales.

Prevención de secuelas y procedimientos quirúrgicos:
El inicio temprano de la fisioterapia disminuye la probabilidad de complicaciones asociadas a la inmovilidad, como la rigidez articular o la pérdida de masa muscular. En numerosos casos, una intervención oportuna permite incluso evitar cirugías correctivas al restablecer la función articular y muscular de manera natural.

Reeducación motriz y autonomía funcional:
El propósito central de la fisioterapia ortopédica es devolver al individuo su capacidad de movimiento independiente. A través del fortalecimiento, la mejora del equilibrio y la readaptación neuromuscular, el paciente recupera confianza en su cuerpo y una mejor calidad de vida tras la lesión o el periodo de reposo prolongado.

¿Cuándo acudir a fisioterapia ortopédica?

Primero un médico debe valorar al paciente y remitirlo a la fisioterapia, aunque es importante tomar en consideración que debe acudir el paciente cuando:

-Tras una cirugía ortopédica que busca restaurar la funcionalidad (artroplastias, reparaciones de ligamentos, manejo de fracturas), es recomendable iniciar la rehabilitación lo antes posible.

-En casos de lesiones agudas de tejidos blandos, como esguinces y distensiones, para disminuir la inflamación, recuperar movilidad y prevenir la rigidez.

-Cuando el dolor musculoesquelético dificulta actividades cotidianas, como caminar, subir escaleras o realizar tareas diarias.

-Ante disfunciones articulares, limitaciones en el rango de movimiento, debilidad muscular o alteraciones en la marcha que afectan la calidad de vida.

-En el contexto de enfermedades crónicas que avanzan, como la osteoartritis o la espondilitis, especialmente cuando los tratamientos iniciales no ofrecen los resultados esperados.

-En situaciones donde un profesional sanitario lo sugiera como alternativa o complemento de tratamientos médicos o quirúrgicos.